Buscar

De nuevo poesía

Las calles céntricas madrileñas se acogen a la fiesta nocturna de un sábado por la noche. Los jóvenes recorren el barrio de Malasaña (antes conocido como Barrio de las Maravillas) entrando en bares y garitos donde resuena la música y la algarabería se hace eco. Pero hay una calle en esa zona donde aún prima la esperanza de que las letras pueden inundar un fin de semana, y es que en la calle de La Palma se da cobijo la librería Arrebato, que anoche acogió la presentación del número DOS de la revista poética La Galla Ciencia.
Los coordinadores de la revista junto a la ilustradora

El sitio es pequeño pero suficiente para resguardar de la lluvia a una quincena de personas que querían escuchar cómo Noelia Illán, Samuel Jara, Manuel Pujante y Joaquín Baños -creadores de la Galla Ciencia- defendían con orgullo un número dos que se caracteriza por aglutinar parte de la nómina de autores que actualmente podemos encontrar en poesía contemporánea.

El proyecto no llega aún al año de vida, sin embargo, con más de 300 ejemplares vendidos del número uno, se presenta como una apuesta fuerte dentro del panorama nacional poético, ya que actualmente no se editan muchas revistas en papel de este ámbito en España.

El proyecto no se circunscribe solamente a la revista que se edita cada seis meses, sino que la Galla Ciencia también está presente en internet "porque es una realidad por la que hay que apostar", comenta uno de los editores. Teniendo en cuenta que el internauta busca en el portal otro tipo de literatura, la Galla Ciencia apuesta por un contenido más dinámico y lejos de la poesía propiamente dicha. Sin duda, todo un acierto.

Junto a los coordinadores del proyecto, estuvo María Simó ilustradora de este nuevo número. Ella realizó un certero recorrido a lo largo de las ilustraciones que abrigan los textos literarios. "Son estampas que nacieron de la literatura. Siempre he estado muy vinculada con la poesía y estos dibujos bebieron de los escritos", confiesa Simó.

En aquel ambiente de Malasaña reinó en todo momendo un clima familiar e íntimo. Prácticamente todo el público se conocía entre ellos logrando caldear una noche madrileña con abrazos, saludos, reencuentros y presentaciones improvisadas en mitad del acto.


Juan de Dios García: "los heridos reinventan el lenguaje"

Es raro encontrar un poemario que cante a la vida, a la esperanza, a la felicidad, sino que ante todo encontramos lo contrario, tal y como afirma Antonio Parra, profesor de la Universidad de Murcia, escritor y periodista, “la poesía casi nunca es hímnica sino que tiende a ser elegíaca”.


Ante el dolor, letras. Palabras unidas que salvan el alma del poeta ante la desidia interior de no saberse vivo; o de saberse vivo y no querer estarlo. Juan de Dios García (Cartagena, 1975) en su libro Ártico comienza con una cita de Víctor Hugo que sirve de clave para todo el poemario y que habla precisamente de esta idea: La desgracia educa la inteligencia. Y ante esa desgracia, el escritor aplica frío. Helado “ártico” que superpuesto a nuestra percepción del mundo hace que sintamos que su poesía es una escena de cruda realidad que desgarra el alma.

La valoración final de todo el poemario es que estamos ante un conjunto de poemas completamente cerrado y en sintonía. Ya la primera composición del libro adelanta que en su poesía no vamos a encontrar la cotidianidad a la que el lector está acostumbrado (No tiene que buscar sentido a nada) creando unas “Instrucciones” que suponen una poética a sus poemas; pero no es el único poema que supone unas indicaciones para la vida o para la visión de esta. En “Carteles” el poeta muestra el reverso de las cosas para mostrar la importancia de la simpleza de los sentimientos y apostar por ellos (Se permite patalear cuando no guste la función. / Prohibido contar estrellas mirando al techo de tu casa).

La desidia hace que, a veces, las personas queramos aparentar lo que no somos. Esto constituye un arma de doble filo pues crearnos identidades ficticias hace que nosotros mismos las consideremos como nuestro verdadero ser para luego, en ese mundo frío que constituye nuestro choque con la realidad y a la vez nuestro analgésico, darnos cuenta de que no era real: Cuántas veces soldado, y sin embargo no defendí la casa de mi padre, exclama el poeta en “Bandera Blanca”. 

Juan de Dios García realiza, como todo poeta, una crónica de su pasado y presente. Todo poema es el espejo de una realidad concreta, y Ártico también va a suponer un repaso por su biografía. Un ejemplo de ello lo constituye el apartado de agradecimientos en el que, de forma exhaustiva, el poeta va dedicando cada poema a una persona diferente y recuerda los motivos de cada composición. Explicaciones que, por otro lado, no suelen realizar los escritores. 

La visión del mundo que tiene el joven cartagenero se va hilando a través de cada composición. Va desde lo más general (“Errante”) hasta adentrarse en su propio yo en el poema “Autorretrato” en el que se pregunta, de forma acertada, ¿Soy real o estoy escrito?
La lectura de Ártico supone verse reflejado en versos del autor. Juan de Dios García consigue que, a través de experiencias personales, el lector se sienta identificado incluso con palabras como: sería injusto protestar por el trato que he recibido de la vida hasta ahora (del apartado “Dedicatorias”). Es así como este poemario resulta una introspección a través de pisadas descalzas y errantes por helado suelo que harán que la cruda realidad suponga un ensanchamiento de la mente.

Ártico: Juan de Dios de García, editorial Germania, 58 páginas.

Pinceladas naturalistas



Retratar la humanidad desde una perspectiva irónica es algo que no consiguen todos aquellos escritores que se lo proponen. Lograr que una historia refleje el sentimiento trágico de la vida actual sin caer en una crítica pormenorizada y exhaustiva de un sistema de gobierno concreto es complicado, pero es lo que se encuentra en Pastoralia de George Saunders.


Tras el éxito de Diez de diciembre (2013) la editorial Alfabia recupera Pastoralia (2000) con una perfecta traducción de Ben Clark que se atreve con los textos del escritor americano. Este libro recoge 6 relatos que hablan de las desgracias humanas desde enfoques distintos, desde la animalización de la humanidad hasta personas que quieren cambiar el rumbo de su vida sin llegar a conseguirlo. La falta de valentía quizás, o la rutina tal vez son motivos que están presentes en más de un relato.

Al contrario que en su anterior –o posterior- trabajo, George Saunders presenta una serie de relatos a través de técnicas prosísticas sencillas y trabajadas a la vez. El narrador, que suele presentarse en tercera persona, va focalizando la historia en personajes concretos. De esta forma, solo muestra una parte de la historia dejando las otras perspectivas para futuras sorpresas que llegarán al final de las mismas, dando un giro a los acontecimientos. Todo ello está aderezado a la vez con voces exteriores e interiores utilizadas de manera precisa, cargando a todo el texto de una expresividad que no pasa desapercibida. Este juego narrativo unido al uso de expresiones propias del lenguaje americano hace que la traducción sea complicada. Sin embargo, nada raro nota el lector español en esta edición ya que los giros lingüísticos, que realiza Ben Clark (el traductor), se adecúan perfectamente a la narrativa característica de George Saunders.

La crítica a la sociedad actual queda pincelada a través de distintas perspectivas de acontecimientos concretos de la humanidad, convirtiéndose la cotidianidad en algo grotesco de la mano de Saunders. Todos los relatos tienen un eje común: personas que están esclavizadas por su trabajo. Cada uno de los actantes está condenado a una vida laboral que, de alguna forma, solo se podría solucionar con la muerte, pero ni a eso pueden aspirar estos personajes.

El uso de nombres concretos es característico en la escritura de relatos. Sin embargo, George Saunders va un paso más allá componiendo un relato en el que los personajes no están retratados bajo un nombre sino que los generaliza (La infelicidad del peluquero) dando más importancia a las acciones que a los datos concretos. 

Esas acciones son relevantes en el relato que da título a la obra. Pastoralia plasma la animalización de personas que no pueden escapar de ese mundo laboral porque necesitan el dinero para mantener a sus respectivas familias. A pesar de que este relato esté escrito desde el 2000 goza de actualidad social: “ ¿Tienes idea de lo difícil que es despedir a una tía, por no hablar de una tía mayor, por no hablar de una tía mayor que acumula tantos años de servicio en cada una de sus abultadas patas?

En definitiva, George Saunders recuerda a escritores tan relevantes como George Orwell mostrando un mundo todavía a medio camino de lo que debería ser, dejando escritas distopías que se van sucediendo a lo largo de seis relatos. Cabría preguntarse,  ¿qué es, por tanto, Pastoralia

El retrato de la humanidad, eso es Pastoralia.

Negro tinte lírico

Todo poema es un viaje, escribía Manuel Dato; como también la vida es un trayecto por el cual transcurrimos. ¿Al final del poema? Sensaciones. Lo mismo que resta cuando alguien ha pasado por nuestra vida, dejando una huella imborrable, para luego tener que exclamar adiós.


Tristeza, dolor, emotividad y una melancolía yuxtapuesta estaban presentes anoche en Cieza. Impresiones debidas a la congregación de familiares, amigos y conocidos de Manuel Dato, poeta ciezano, en el Aula de Cultura de Caja Murcia para dedicarle al escritor una merecida despedida en un homenaje afectivo en su tierra natal.

Dato deja tras de sí mucha obra poética. Totalmente contrario al protagonismo, la mayoría de ella la dejó inédita, teniendo tan solo algún libro editado así como colaboraciones en diversos números de las revistas de “La Sierpe y el Laúd”, grupo literario al que pertenecía Dato desde 1985.

No se podría realizar una semblanza de este escritor sin destacar su pasión por la música. Sus versos, por los que hacen un repaso oral diversos componentes del grupo literario de “La Sierpe” así como familiares y amigos, están cargados de un contexto musical casi envidiable. Es por ello que no podía faltar, en el acto, notas musicales que acompañaran las voces que, siempre muy melodiosas y bien acompasadas, lograban que Manuel Dato estuviera allí, detrás de un atril para deleitar al público con su favorecida pluma.

De estrofas largas y con una puntuación acertada en todo momento, Manuel Dato habló a sus lectores de las preocupaciones existenciales que le preocupaban de la vida (El ser que frustradamente quise ser) o de los paisajes de un “yo” lírico al que la negrura, cargada de otoño, lo devoraban en días de inconsciencia necesitando, sin previo aviso, refugiarse en versos.

Cuándo terminará todo, se preguntó anoche Dato a través de un poema. Esas disyuntivas y ese luto permanente pigmentaron un ambiente repleto de almas que guardaban, en silencio y a malas penas, lágrimas que pugnaban por salir al ver un vídeo biográfico del poeta, que abrió el acto, o al escuchar a su hija cantando las melodías favoritas de su padre (como “Un bel di vedremo” de Madame Butterfly) al final del homenaje.

En ese acto se aunó lo mejor del poeta. Poesía y música se dieron la mano en todo momento realizando una diacronía de su vida totalmente acertada. ¿Al final? Un afligido agradecimiento por la asistencia, dejando tras de sí un son de sensaciones en el ambiente.
La sala, herida por la falta del escritor, fue testigo de aplausos, abrazos y saludos que fueron la ofrenda a Manuel Dato, poeta.

8.5. Los ojos crean la realidad


Desde siempre se ha calificado como buena o mala literatura algunos determinados libros pero, sobre todo, aquellos que llaman la atención de los adolescentes.

Hace ya una semana que está en cartelera la segunda parte de Amanecer o, lo que es lo mismo, la última película que versa sobre la historia de Edward y Bella. Esta historia de amor casi imposible, despertó el interés de miles de adolescentes y de personas ya no tan adolescentes. ¿Qué ingredientes presenta para conseguir tanta expectación? Muy sencillo, vampiros, licántropos, humanos… una variedad atípica que llama la atención del receptor. Si a todo ello le sumas una historia de amor entre un vampiro y una humana (con un licántropo que se interpone) tendrás un drama que fácilmente se pone el frente de los Best Seller.

Pero, ¿qué se esconde detrás de todo ello? ¿Nos podemos quedar en la historia superficial? No. Anoche pude ver el último rodaje de la saga y si lo ves desde una perspectiva más abierta te darás cuenta de que hay ingredientes detrás que nos recueran a diversos acontecimientos que quedan atrás en nuestra historia.
  
La temática es bastante recurrida, una versión más fantasiosa de Romeo y Julieta pero, al contrario de Shakespeare, Bella y Edward consiguen pasar la eternidad juntos. Para llegar a este final feliz tendrán que pasar por múltiples obstáculos y uno de ellos es de bastante relevancia: los Vulturis, esa organización vampírica que vela por el buen desarrollo y convivencia de los vampiros en un mundo que no les termina de pertenecer. En ellos podemos ver la institución eclesiástica de la Edad Media. Una estructura que controlaba la información, que controlaba el poder y que determinaba la vida de las personas. Una jerarquía que eliminaba todo aquello que se les escapaba de las manos y que se encargaba de que ese acto de eliminación fuera público para instaurar el terror entre toda la población y, por lo tanto, lograr que el pueblo actuara según la voluntad cristiana. La Iglesia se presentaba así como una institución represora y los Vulturis tienen la misma función.
 
La familia Cullen presenta un grave peligro para ellos pero no puede eliminarlos sin un motivo, así que buscan cualquier posible acto delictivo para intentar eliminarlos del mapa. Los medios empleados son rastreros ya que los provocan hasta el límite para que sean los Cullen y sus seguidores quienes comiencen la pelea. Pero no lo consiguen, claro, ya que se trata de literatura tipo Best Seller.

Me atrevería a decir que la película mejora el libro. Elimina escenas que el lector echa de menos, pero añade una batalla que no está en el libro y que es necesario para entender el por qué del final de la saga. Así que mi aplauso a esta adaptación, creo que para mí es la mejor de todas.

Y para los que critiquéis esta literatura, estas adaptaciones, recordad una cosa: la realidad depende de los ojos que la miren.

Hasta la próxima

8.2. Las madres y esos seres que nos rodean

El otro día mi madre fue entrevistada por dos periodistas de La Verdad.

Como todo sabéis, yo estoy estudiando Periodismo, y como todos suponéis, mi madre le contó toda mi vida a esos pobres periodistas que tan solo estaban haciendo su trabajo. Ya sabéis cómo son las madres, siempre deseando sacar el tema de sus hijos en cualquier conversación por nimia que esta sea. Así que ahí estaba la mía, explicando que yo estaba estudiando para hacer preguntas a la gente por la calle como en ese momento estaban haciendo ellos.

Los pobre chicos, que seguro que están más que acostumbrados a este tipo de situaciones, la escucharon divertidos y uno de ellos le dijo medio en broma medio en serio: "que monte una carnicería, tendrá más futuro". Pero claro... ese consejo no iba dirigido a cualquier persona, ¡sino a su hija! Esa que estudia periodismo con tanta ilusión, esa que se pasa horas delante de los apuntes y que llora a oscuras porque piensa que no sabe escribir un artículo ni aunque la vida de su madre dependiera de ello. Y ya sabéis... mi madre es una madre más. Así que ahí estaba la mía defendiéndome a cal y canto, arañando con palabras a ese periodista tan osado, y diciendo con orgullo de madre que yo no soy cualquiera, que yo soy Licenciada en Hispánicas también y que, por lo tanto, no puedo acabar montando una carnicería, que seguro que yo también puedo tener futuro en esta sociedad corrompida.

Muchos somos los que hablamos desde la experiencia, los que nos empeñamos en dar consejos a los demás sin pararnos a pensar en si esos consejos son bien recibidos, en si en realidad quieren escuhar lo que podemos enseñarles. Sé que ahora mismo no tenemos un presente muy prometedor, pero solo podemos esperar a que esto cambie, a que nuestro futuro sea mejor que estos segundos que vivimos.  Desde aquí quiero hacer un llamamiento a la esperanza y a la ilusión porque a veces esos sentimientos son los únicos que hacen que nos levantemos cada día.

Lo que es posible, se consigue, lo imposible solo tarda un poco más. Luchemos por eso que hoy en día parece imposible pero que acabará siendo nuestra realidad.


Hasta la próxima.









2.3. Evolución en las relaciones interpersonales

Tras más de una hora de intensa explicación de una materia, la profesora continúa hablando sin saber que las mentes de los alumnos trajinaban una interrupción.

           
            - Profesora, ¿crees necesario y vital que yo aprenda sintaxis cuando es un verdadero coñazo que no sirve para nada?

           
        Nos podemos imaginar distintas respuestas de un docente que ha pasado por una carrera universitaria y una posterior preparación de oposiciones para terminar en un instituto que no es de su agrado. Pero todas esas respuestas o reacciones ante un comentario como el que he señalado dependen de la época en la que se desarrolle esa escena, aunque me atrevería a afirmar que tal comentario viperino solo se puede dar en una etapa histórica: la actual.
            
             Son muchos los estudios realizados sobre la historia en general, y podemos acercarnos a otros que ya se centran en un aspecto específico de esa historia, como es la comunicación social. Mucho se puede estudiar del pasado, que nos va a enseñar mucho, pero ahora mismo estamos en un cambio importante que también es digno de comentar para hacer una pequeña reflexión.
           
             En estos momentos estamos viviendo una considerable modernización en el trato con los docentes, desprestigiando, en muchas ocasiones, la figura y el valor de estos. Es cierto que ahora se dicen las cosas sin tantas ambigüedades como antes, que es posible que un modelo de relación alumno/profesor rígido tampoco sería lo más adecuado pero, ¿hasta qué punto podemos dejar de ser corteses con los profesores? A mí, escenas como la descrita en el principio de mi reflexión, me dan vergüenza ajena, me incomodan porque creo que cualquier persona que nos estén prestando un servicio, sea el que sea, se merece un poco de respeto y sentirse como una persona valorada.
           
              El modelo de comunicación interpersonal actual es una forma de comunicación más informal en la que el trato de “usted” ya no se ejerce. Pero esto no quiere decir que, porque ahora haya un cierto tuteo dentro de una jerarquía, se falte al respeto y se desvalorice el trabajo de los demás.
            
           El alumno no debe ejercerlo, y el docente no debe permitirlo. Porque recordemos algo, los profesores nunca serán, en un ambiente académico, nuestros amigos. Y, otra cosa más importante, hay distintas maneras de decir las cosas (en ambos casos, tanto el alumno como el profesor que ya sabemos que estos también tienen respuestas y reacciones no muy correctas).



Hasta la próxima.